jueves, 21 de julio de 2016

No más AFPs ni privadas ni estatal. Domingo 24 de julio.



















La idea de una “AFP estatal” solamente encubre el drama y nada soluciona.
En efecto, el proyecto legal del Gobierno para crear una AFP del “Estado”, presentado el 17 de junio de 2014 en la Cámara de Diputados (número 186-363), ya en su Mensaje o Exposición de Motivos confiesa que su idea matriz es incrustar un nuevo actor al sistema, pero reconociendo -y afianzando- el régimen de mercadeo, aprovechamiento y apropiación del trabajo asalariado por parte del gran empresariado.
No implica que el Estado vaya a aportar algo, ni siquiera un peso, a las jubilaciones.
No significa un alivio para los bolsillos de los trabajadores, según debió reconocerlo en esos mismos días –con otras palabras-  la propia ministra del Trabajo de ese período, Javiera Blanco.
El entonces vicepresidente de la Cámara de Diputados, Lautaro Carmona, le adulaba, señalando que tal regulación entregaría “mayor competitividad al mercado”.
El proyecto textualmente expresa buscar: “…introducir una mayor competencia en el mercado, no sólo en los procesos de licitación de carteras de nuevos afiliados (que han mostrado una disminución sustantiva del nivel de la comisión que se cobra a los cotizantes), sino también en lo que respecta al resto de los afiliados, que presentan un comportamiento caracterizado por una baja movilidad entre las AFPs…”. (Mensaje Presidencial 186-362, Consideraciones, pág. 4). 
En esencia, la iniciativa gubernamental se somete –validando y afianzando- a la misma regulación neoconservadora creada por la dictadura: “La ‘A.F.P. del Estado S.A.’ tendrá por objeto aquel señalado expresamente en el artículo 23° del decreto ley 3.500, de 1980, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que establece la administración de los Fondos de Pensiones y el otorgamiento y administración de las prestaciones y beneficios establecidos en dicho decreto ley” (artículo 4).
El citado proyecto continúa en la Cámara de Diputados.